Entrevista a Jean Daniel Matet. «Un lazo social sin medida común», Jornada CPCT-Paris 2018
CPCT-Paris: Retomo el título de la jornada del CPCT-Paris, que tendrá lugar el 6 de octubre, «Un lazo social sin medida común» y el subtítulo, «Singularidad de la clínica y el discurso analítico» ¿Cuáles son las equivalencia u oposiciones que os inspiran estos dos sintagmas y como lo explicáis vosotros?
Jean Daniel Matet: Por una parte hay que señalar que el término lazo social fue introducido por Lacan para hablar de una manera diferente de la sociedad, término que estaba muy de moda en los años 60-70. Lacan consideraba que era un término demasiado vago para tratar la civilización, y aún más la cultura en el sentido de Freud. Se trataba de decir algo de lo que era el lazo social para el psicoanálisis, lazo social sin medida común, porque efectivamente es diferente de los otros lazos sociales y en particular debido al hecho de la transferencia. Es un lazo inédito que se depura a medida que avanza la cura, hasta poder hacer un analista, eventualmente. Es de esta forma que yo entiendo el «sin medida común». Es necesario señalar también que para hablar de lazo social, Lacan utilizo los discursos y que es por estas formulas, por estos matemas de los discursos que nos trasmite, lo que tiene que ver con el lazo social, con las relaciones del sujeto al inconsciente, a sus objetos, al cuerpo en los diferentes discursos. Entonces, la otra parte del título: «Singularidad de la clínica y discurso analítico » retoma eso en el sentido en que lo que busca a capturar la clínica psicoanalítica, es lo más singular de cada uno, es decir lo que ha hecho su encuentro particular con el lenguaje, que ha hecho de un hablante-ser, un encuentro particular de un organismo y del lenguaje, encuentro inicial del organismo con lalengua y hace acontecer un cuerpo. Es mi manera de leer esos dos títulos.
CPCT-Paris: Particularmente, ¿qué tiene de específico el lazo social en el CPCT?
Jean Daniel Matet: Precisemos que en el encuadre del CPCT, el acento será puesto en la dimensión clínica, en el sentido en que el CPCT no tiene por vocación la formación de los psicoanalistas, lo que lo distingue del trabajo de las Escuelas. Ambos coinciden en la formación clínica y en desarrollar nuestra manera de concebir la eficacia terapéutica del psicoanálisis en un encuadre determinado. El encuadre del CPCT es un encuadre muy preciso, con la limitación del número de sesiones, de tratamientos gratis, con personas que finalmente vienen allí sin dirigirse directamente a un analista. Vienen allí, a una institución que se llama CPCT, incluso cuando esta institución lleva la marca del psicoanálisis. Es un punto muy interesante y muy particular el de constatar que las personas que se dirigen a nosotros en el CPCT, no se dirigen a un psicoanalista como tal, tiñendo la transferencia de esta dimensión. Es por esto que podemos permitirnos de limitar el número de sesiones, por un lado por el hecho de la gratuidad, que no se inscribe en un proyecto filantrópico, pero sin embargo, es un laboratorio para poner a prueba ese lazo. Esto es importante señalarlo. Venimos entonces al CPCT para buscar como arreglárnoslas con el malestar propio en un momento dado sobre una cuestión precisa. Hay que realmente poner el acento en el hecho que los psicoanalistas consultantes de los CPCT intentan ayudar al que viene a aislar la problemática sobre la cual va a poder trabajar. Cuando se hace un análisis, se abordan todos los ángulos y todos los rincones de su historia para depurarlos hasta el final. No es lo que hacemos en el CPCT, porque no es esa la apuesta que hacemos, porque no tenemos tiempo. Las condiciones no están dadas. Entonces, hay que centrarse en una cuestión, en una problemática sintomática. ¿Qué es lo que merece ser tratado de ese modo y que va a permitir al sujeto que viene, de ir a ver a un analista en un momento dado o de irse con un pequeño arreglo sintomático o sithomático que va a permitirle de continuar con su existencia? Es de esta manera que yo entiendo las cosas y que concibo la práctica en el CPCT.
CPCT-París: Puede usted explicar la proposición de Lacan: «El lazo social solo se instaura mediante la fijación en la forma en que el lenguaje se sitúa y se imprime, se sitúa sobre lo que se remueve, es decir el ser hablante»1.
J-D. M.: Es una de las ultimas formulaciones de Lacan y esto se acerca a lo que le decía sobre la cuestión del hablante-ser y del cuerpo. Lo que está en cuestión en los cuatro discursos es el lazo entre el sujeto y el objeto a. Ahí tenemos todas las dimensiones a la vez, la dimensión simbólica, la dimensión imaginaria y la dimensión real que están encerradas en la problemática de los discursos y pienso que es una manera de leerlas.
CPCT-Paris: En las situaciones subjetivas de desamparo social, que lazo es posible en la clínica, particularmente en el CPCT?
J-D. M.: Precisemos primeramente que la problemática del aislamiento no se confunda con la cuestión de la soledad. La soledad toca a la condición de cada hablante-ser. Es la pregunta ética de cada ser la que se juega en el análisis: ¿cómo nos las arreglamos con nuestra soledad, qué hacemos con ella, que podemos hacer? Es la consecuencia del no hay relación sexual. Es también cómo hacemos con el goce del Otro, cómo hacemos con nuestro propio goce en ese tipo de dispositivo. Estamos solos. Es así. Es lo contrario de la multitud. Estamos solos. Sin embargo no estamos aislados, al contrario buscamos hacer lazo con los otros, porque estamos solos justamente, ya sea de un modo sintomático, ya sea de un modo fantasmático, pero buscamos hacer lazo. Dicho de otra manera, el aislamiento de los ciudadanos no se confunde con la soledad de los sujetos, del mismo modo que el aislamiento no conlleva necesariamente a la soledad más allá de una afectación. Si el primero interroga la degradación de los lazos sociales o las nuevas modalidades en las sociedades contemporáneas, el segundo hace la pregunta de la soledad del hablante-ser y de las tentativas sintomáticas diversas para soportarla. La distinción es esencial porque es la confusión misma de estos registros la que abre la vía a todos los discursos religiosos hasta en su extremismo2. Entonces, hay un cierto número de sujetos que no lo alcanzan y que viene al CPCT por eso, que estén en dificultad de encontrar un partenaire amoroso, camaradas de trabajo o incluso de sostener sus lazos familiares. Viven de esta manera las condiciones que le hace la sociedad de manera dramática, de manera patética. Vienen a quejarse y es ahí donde algo puede hacerse. No tanto desde el plano social como hacen los servicios sociales; a estos no se les puede quitar su mérito y tienen grandes razones para existir, pero no es nuestro proyecto. Nuestro proyecto no es proponer dispositivos contra el aislamiento, sino sostener los arreglos sintomáticos que permiten una nueva forma de reanudar con los suyos, con su familia, con sus figuras identificatorias, con el síntoma a partir del cual el sujeto va a poder encontrar un bricolage artístico, un bricolage en su profesión, un apaciguamiento con los tormentos de su identidad sexual, un significante que tome el lugar del significante amo… Los tratamientos en el CPCT demuestran su eficacia permitiendo tomar acto de la reanudación de una actividad social, de la inscripción en formaciones, de la frecuentación de asociaciones donde durante el tratamiento, las personas son llevadas a conocer otras personas, incluso a crear lazos amorosos, que no eran posibles anteriormente. Desde ese punto de vista, tenemos un papel que llevar a cabo. Pero, no hay que imaginarse tampoco todopoderosos y pensar que vamos a efectuar en el CPCT el trabajo que desarrollamos en un análisis. En el análisis la cuestión que se pone en juego es de poder cambiar de discurso, de poder pasar del discurso del Amo, que es también el del inconsciente, pasando por el discurso histérico e incluso llegar al discurso del analista. Hay ahí una modificación profunda de la relación de la soledad de cada uno al mundo que puede ponerse en juego en un análisis. Esto no se puede hacer en unas cuantas sesiones. Es un trabajo de largo aliento que necesita el lazo transferencial y lo que este supone de los efectos del acto del analista. No puede hacerse así. Entonces en las situaciones de desenganche social, sobre las cuales podemos maniobrar, el practicante va a estar atento a la modalidad sintomática. El ejemplo que voy a poner aquí, es un sujeto que delira completamente, y en el que podemos ver que su situación psiquiátrica es tal que lo aísla completamente. El trabajo en el CPCT es de ver si podemos ayudarle a construir algo alrededor de eso. Esto puede pasar por el hacerle admitir la necesidad de un tratamiento psiquiátrico. Es necesario que seamos capaces de decir que no es de nuestra jurisdicción, que el paciente necesita un medicamento para ayudarle, para apaciguarle, diciendo que lo recibiremos solo con esta condición. Es una modalidad pero hay otras. Me acuerdo de casos ejemplares, que comenzaron una producción artística y que se convirtieron en artistas reconocidos. Pasaron por el CPCT y encontraron un analista que supo darle un valor a esta producción. En este caso el trabajo continuó más allá del CPCT. Es formidable! Estas son situaciones que encontramos y que pienso que desde este punto de vista, la clínica del CPCT debe afinar las condiciones de posibilidad de un trabajo analítico asumido por el sujeto y de ver como un lazo terapéutico es posible. Digo «lazo terapéutico» en el sentido en que no es el punto de mira esencial del análisis, pero sí el del CPCT, es decir, ver cómo podemos ayudar al que consulta a reorganizar el contenido sintomático con el que vino: o a aislar el S1, o a ver como con el S1 que no hay, pueden arreglárselas con un pequeño bricolage.
CPCT-Paris: Usted participó durante largo tiempo a la creación del CPCT-Paris y continúa a participar de su funcionamiento. Cuáles son las circunstancias particulares que le da usted a lo que presidió su creación y en qué momento estamos ahora?
J-D. M.: El CPCT-Paris ha evolucionado mucho desde su creación en la que yo participé. Hemos pasado por fases en que éramos equipos pletóricos donde tratábamos largamente las demandas como en los CMP psiquiátricos y fuimos sobrepasados por la necesidad del financiamiento de esta empresa. Esto necesitó pedidos de subvención y evidentemente los subvencionadores pedían cuentas y la amenaza apuntaba «a reducirnos en prácticas protocolizadas»3. La subvención no podía continuar en la misma línea que el objetivo que era el del psicoanálisis. Los financieros públicos o semi-públicos no querían subvencionar las actividades ligadas a la práctica del psicoanálisis, considerando que estas formaban parte de la esfera privada. Aceptaban subvencionar actividades sociales que concernían a las mujeres sola, las mujeres golpeadas, el empobrecimiento, la pobreza, las cuestiones ligadas a la infancia y a la adolescencia… Aparecieron entonces solamente estructuras autónomas, asociaciones dedicadas a estos temas que podían solicitar subvenciones específicas. Creamos centros, para niños, para adolescentes, de los cuales se encargaron con éxito colegas que trabajaban inicialmente en el CPCT-Paris. El CPCT-Paris se encontró contando solamente con la subvención de la ECF y con su propio autofinanciamiento, es decir el producto de las formaciones que dispensaba. Una cierta tensión sobre el presupuesto se empezó a sentir y una reflexión se lanzó para sostener sus actividades, porque todo el mundo en la ECF considera hoy que los CPCT son una necesidad. Contrariamente a otros CPCT que encontraron sus modalidades de funcionamiento en la iniciativa de sus miembros, en Paris, el arranque del CPCT fue una iniciativa de la Escuela. No hay entonces ninguna razón para renunciar a esta perspectiva, y el directorio, y el Consejo de la Escuela con su presidente Gil Caroz se hicieron cargo de esta cuestión mutuamente de acuerdo con el CPCT-Paris y su presidenta Lilia Mahjoub para buscar las mejores soluciones para perennizar las actividades del CPCT-Paris, quince años después de su creación. Sabemos que responde a los deseos de una gran número de practicantes que sostuvieron el funcionamiento. Responde por otra parte a la ambición de utilidad pública de la ECF.
CPCT-Paris: Le damos las gracias por esta entrevista Jean Daniel Matet y esperamos con impaciencia la discusión que vamos a tener con usted durante la Jornada del CPCT-Paris el sábado 6 de octubre.
Traducción: Yudmila Lima Sarmiento.
Notas:
- Jacques, Lacan, El Seminario, libro XX, Encore, París, Seuil, 1976, p. 32
- Jean-Daniel, Matet, « Soledad, aislamiento, independicia », disponible en: Boletín #0 I jornada de la FCPOL , 2 de junio de 2018, Madrid.
- Jean-Daniel, Matet, « Hacer existir la transferencia, a pesar del “fuera de discurso” », disponible en: Boletín #20 I jornada de la FCPOL , 2 de junio de 2018, Madrid.