Yo y represión social

“El género surge por necesidad de una materialidad primera, por una determinación ciertamente biológica […], y entra inmediatamente en el terreno de lo simbólico, lo lingüístico, lo convencional: se desliga y desvincula de la realidad material que lo precede y provoca”1.

En el magnífico ensayo de E. Duval Después de lo trans encontramos esta precisa definición de género, que destaca un punto exacto donde teorías de género y psicoanálisis divergen. El género se sostiene en esa desvinculación, propiciada por el descubrimiento freudiano de que el sexo no está determinado por el hecho natural. Las posibles lecturas de esto tienen consecuencias políticas diferentes. J. Copjec ahonda en ello en El sexo y la eutanasia de la razón:

“Cuando se hace eco de la afirmación de Freud de que la diferencia sexual no está́ determinada de manera unívoca ni anatómica, ni cromosómica ni hormonalmente (…) Butler supone automáticamente que el sexo se construye discursiva o culturalmente. Pero el propio Freud evitó limitarse a estas alternativas: fundó el psicoanálisis sobre la negativa a elegir entre “anatomía o convención” (Hay un) radical antagonismo entre el sexo y el sentido (…) El sexo es el traspié del sentido”2.

Butler concibe el género como una construcción cultural desligada del sexo biológico, considerado también un hecho discursivo. El género no arraiga en lo material, pero tampoco en una determinación inconsciente que lo sujete. Teóricamente queda liberado de cualquier atadura, excepto de la norma social que lo reprime. Por lo demás, parece estar al servicio del Yo y sus preferencias.

Siguiendo a Butler, los sujetos son producidos por la misma ley que los legisla, que instaura tácitamente la heterosexualidad obligatoria para todos. Sin un reconocimiento legal, el sujeto no existe según Butler, y resulta ininteligible en sociedad. Al constituirse los sujetos exclusivamente a través del reconocimiento de la ley, el sujeto disidente no es tal y no puede ser agente de activismo político. Butler introduce aquí una confusa noción de Yo para solucionar esta circularidad. Será el Yo en su relación crítica con la norma heterosexual el que se rebele, se deconstruya y se separe de las imposiciones para encontrar su propio modo de “florecer”. Al ignorar las limitaciones que el goce impone a los sujetos, la lucha contra la norma se efectúa desde el Yo hacia el entorno. “El rechazo del inconsciente y de lo real del goce que este desconocimiento conlleva se paga una vez más con la “forclusión del sujeto” 3, afirma Amanda Goya.

En efecto, no hay ni rastro en las teorías de género sobre la enseñanza de Lacan orientada por lo real, y toda referencia clínica brilla por su ausencia. Por ello, afirma Neus Carbonell, “Butler se entrega al Yo”4. Lo sitúa en el centro y reduce al sujeto, con su fondo de indeterminación y apertura, a un gestor que optimiza cuerpos e identidades para lograr el máximo rendimiento de goce, justo en sintonía con los mandatos del discurso capitalista. La subversión desde el Yo conlleva este reverso de servidumbre.

Jorge Alemán distingue entre represión social y estructural5. La primera tiene que ver con la subjetividad de una época, efecto de las relaciones de poder y dominación. Es contingente e histórica, y difiere de la represión estructural, raíz necesaria del sujeto del inconsciente. El sujeto lacaniano es pues no-todo efecto de las relaciones de poder. Hay un margen que se le sustrae.

Para Butler, sin embargo, la barra del $ no es estructural6 y puede sortearse a través de la acción política, permitiendo el acceso a un campo de goce ampliado. Desde esa perspectiva el inconsciente queda reducido al efecto de una represión social contingente, y el activismo a la tentativa de adecuar la norma al Yo, prometiendo la armonía entre lengua y cuerpo. Es tentador desde tal ilusión orientar el activismo hacia una solución universal que produciría sujetos compactos y sin desajustes.

 

Notas:

  1.  Duval E., Después de lo trans: Sexo y género entre la izquierda y lo identitario. La Caja Books, España, 2021, p. 100.
  2.  Copjec J., El sexo y la eutanasia de la razón, Paidós ibérica, Argentina, 2006, p. 22.
  3.  Goya A., “No todo lo que brilla es oro. Comentario sobre la futura ley trans” El deseo trans. RBA, Barcelona, 2021, p. 198.
  4.  Carbonell N., “Judith Butler y el conductismo hipermoderno” El deseo trans. RBA, Barcelona, 2021, p. 198. p. 112.
  5.  Cf. Alemán J., “Represión inconsciente/represión social” 
  6.  Cf. Alemán J., Ideología. Nosotras en la época. La época en nosotros. Ned ediciones, España, 2021, pp. 21-22.
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